PUESTA EN VALOR. Opinión, por Ciudadanía en Movimiento



Ante una ciudad que no ha escapado a la realidad Argentina que hace casi veinte años viene proponiendo el populismo, donde todo se pone en valor menos lo que es esencial para la vida surge la pregunta ¿Cuándo el populismo pondrá en valor la calidad de vida de la gente?

La respuesta se podría arriesgar manifestando que nunca, dado que las muestras sobran y en el balance de casi dos décadas, encontramos que la calidad de vida ha ido disminuyendo en nuestra ciudad.

La puesta en valor es un plan sostenido de obra pública, única y a la vez ineficiente e improductiva fuente laboral que promocionan quienes administran desde hace tiempo, no trae beneficios de crecimiento y prosperidad económica, por lo menos para los obreros, quizá para otros sectores los beneficios son cuantiosos.

Tampoco traen ningún tipo de crecimiento profesional e intelectual, lo cual va a contramano de estos tiempos, llamados la era del conocimiento.

Sin conocimientos, sin aprendizajes genuinos el futuro no se avizora prometedor.

En este mes de enero han quedado expuesto que aquello que el gobierno llama puesta en valor, no solo porque alude un programa de gobierno, sino también porque el alineamiento sumiso a través del lenguaje así lo requiere, solo ha sido, como ya se ha referido, maquillaje.

Un bien esencial para la vida y la salud es el agua, la gran ausente en pleno verano y con temperaturas extremas, afectados Barrio 186 viviendas, Barrio Evita, vecinos de calle 25 de Mayo entre San Martin y Rivadavia, vecinos de viviendas detrás del cementerio, Barrio CGT entre otros, pudiendo sintetizar las públicas opiniones y quejas de los vecinos en la afirmación “las prioridades del gobierno son otras”.

Y por lo pronto parecería que los vecinos tienen la razón, porque no se ha dado una respuesta seria, concreta, clara y puntual, respecto a que ha sido lo que ha provocado la falta de agua, la reiteración en la rotura de los caños, se puede hacer la clara deducción y es que hasta allí no ha llegado la puesta en valor.

Tampoco parece haber llegado al ámbito de transito municipal, ya que por las noches y las madrugadas los vecinos siguen escuchando el escalofriante sonar de las picadas de motociclistas que no solo ponen en riesgo su vida, su integridad física, sino también la de otros.

Sumado ello al accidente diario que ya hace largo tiempo es rutina, pero no por ello debe hacerse costumbre, claro si se valora la vida y la salud.

Accidentes por colisiones entre vehículos y accidentes en las veredas porque vecinos a los que, después de mas de veinte denuncias, no se les hace entender que la vereda es para transito peatonal, no para estacionamiento de vehículos, vemos, personas mayores, niños, que, tratando de atravesar una vereda obstruida por un vecino infractor, apañado por la pasividad de quienes deben hacer cumplir las reglas, sufren accidentes, algunos de ellos no tan menores.

No se pudo ver tampoco, alguna puesta en valor para establecer corredores seguros para que finalmente los jóvenes estas fiestas pasadas pudieran divertirse seguros, valga la redundancia.

Claro, pasados los hechos, se sale a dar incomprensibles explicaciones, lo cierto es que año tras año, la ausencia de gestiones tendientes a la protección de los más jóvenes es una realidad.

La calidad de vida se ha ido degradando, pero no es una casualidad.

Ruidos molestos que nadie controla, que se denuncian y no se da solución, siendo el ruido contaminación sonora que afecta paulatina y silenciosamente la salud.

Piscinas a las que semanalmente se les cambia el agua, que se denuncia y no se encuentra solución, lo que es un derroche absolutamente evitable de agua, un recurso no renovable.

Veredas obstruidas que se denuncian por mas de un año, y no se da solución.

Perros sueltos en la calle, bajo la responsabilidad de nadie, provocando accidentes en la circulación y lesiones a personas que han sido agredidas por los animales, y tampoco ha tenido solución.

Falta de iluminación suficiente en gran parte de los barrios de la ciudad, y superabundancia en lugares que hace ya una década están en obras.

Podríamos seguir enumerando situaciones de la vida cotidiana, pero lo hasta aquí dicho, demuestra que la calidad de vida de las personas no esta siendo puesta en valor, y que mientras el gobierno no gestione aquel conflicto, aquella infracción que debe gestionar, lo cierto es que la vida diaria seguirá respondiendo a la ley del más fuerte, propio de aquellas comunidades que se desarrollan al amparo de lo que se suele llamar “tierra de nadie”.

Falta de campañas de concientización, falta de sanciones ante la infracción a normas establecidas que rigen la pacifica convivencia, falta de puesta en valor de la dignidad, la salud, la seguridad, la tranquilidad, de los ciudadanos. (Foto: Archivo, ilustrativa). 

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