No tiene trabajo, pero cría a su hijo como millonario: lo baña en leche y miel, lo viste con zapatos Gucci y chupetes de oro



Con un chupete de oro macizo de $ 1,200 dólares en la boca y un brazalete con incrustaciones de diamantes de $1,100 en la muñeca, Jareem, de 1 año de edad, es mimado obsesivamente por su madre soltera y desempleada, Kasey Akram, quien afirma que felizmente "caminaría desnuda" para asegurarse de que su hijo tenga "lo que quiera".

"Tan pronto como tuve a mi hijo pequeño, mi obsesión cambió de cómo me veía a concentrarme en mi hijo", explicó Akram, la madre soltera de 32 años que vive junto a su hijo en el Reino Unido. "Lo que Jareem quiere, Jareem lo tiene: el último par de zapatos que compré fueron unas chanclas Primark de $1.21, y el mismo día le compré zapatillas Gucci", agregó la ex modelo a The Sun.


Curiosamente, no estaba en los planes de Akram tener un hijo. Sin embargo, quedó embarazada en 2020 en medio de la pandemia del coronavirus. "Aparentemente, soy demasiado blanda con él, pero si tuvieras un hijo en medio de la pandemia, serías igual", explicó la madre, que desde el nacimiento prodigó al niño con ropa costosa, accesorios extravagantes y alojamiento de lujo.

"Gasté $1200 dólares en un chupete de oro macizo, y él lo arrojó en medio de la ciudad y lo perdió. Lloré durante tres días", dijo la madre indulgente. Durante el año pasado, también desembolsó $240 dólares para que leyeran la palma de la mano al bebé Jareem para aprender su color favorito, ya que el niño todavía no habla.

"Lo que le gusta, lo consigue. Y si no puedo pagarlo, llamo a su papá y obtengo el dinero", dijo Akram. "No estoy trabajando en este momento. Todo esto lo hago con beneficios y la ayuda de mi expareja". Además de sus zapatos de diseñador, el favorito de los pañales a menudo se pone una cadena Versace de $900 dólares junto con su colección de joyas costosas.


Un día en la vida del niño más mimado del mundo

La rutina diurna de Jareem comienza a las 6 de la mañana con un desayuno caliente en la cama. Como todo lo demás, la dieta de Jareem no es nada menos que exclusiva: "Él nunca ha visto una rebanada de pan blanco en su vida, y lo que yo como, él lo come: le gustan las aceitunas, le gustan los pimientos asados", dijo la madre. Y Akram, temiendo que ciertos químicos en el agua del grifo puedan hacer que a su bebé le salgan pechos, llegó a despedir a una niñera por darle agua de la canilla. Nada menos que lo mejor para su ángel.

Al desayuno le sigue un lujoso baño con leche y miel, una rutina a la que su madre lo somete varias veces a la semana, para después retirarlo a su habitación y darle un relajante masaje con aceite de bebé. Después de acicalarse, el niño será posado en su cama de diseñador de 363 dólares para ver a Peppa Pig en el gran televisor que su mamá movió a su habitación del living.


A la mañana de esparcimiento le seguirá un día de más esparcimiento, manejando en su Range Rover blanco de juguete o jugando en el castillo de princesa de metro y medio de alto ubicado en el patio de la casa. "Aún se levanta cinco veces cada noche", confiesa la madre, quien echó al padre de Jareem de la casa porque llegaba de trabajar de noche e interrumpía el sueño de su príncipe.

Aunque Akram, que alegremente le regala a Jareem elegantes cortes de pelo y pedicuras, está feliz de cumplir todos los deseos del niño, algunos de sus amigos no están de acuerdo con su opulenta devoción. "Es el niño más encantador del mundo y me he peleado con amigos por cuánto he gastado en él", dijo, y confesó que cuando se rompió su cama, durmió en un colchón en el suelo y le compró a Jareem un somier con forma de tractor de 300 dólares.


"Si quiero gastar el dinero en mi hijo, esa es mi elección", insistió Akram. "No me importa si camino con zapatos Primark mientras mi príncipe tenga los mejores. Usaré ropa de la tienda de caridad mientras él usa una camiseta de 50 euros y, si tuviera la opción, caminaría desnuda para que él pueda usar lo que quiera", aseguró.

La mamá también afirmó que planea cuidar a Jareem por el resto de su vida, incluso cuando haya crecido y se haya casado: "Su papá siempre dice que cuando cumpla 18 años, tendrá una novia y se mudará, pero yo digo: 'No, tendremos literas cuando sea demasiado mayor para compartir una cama conmigo'", dijo Akram. "Cuando finalmente se case, su esposa me va a odiar". (Fuente: Crónica).

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