SE GUSTABAN EN LA ESCUELA PERO ELLA SE MUDÓ LEJOS: 38 AÑOS DESPUÉS LLEGÓ EL AMOR Y RECORREN EL PAÍS EN COMBI
Por Cynthia Serebrinsky (Infobae)
Mientras en la Argentina se vivía el peor golpe de Estado de la historia del país, ese mismo 24 de marzo de 1976, en la ciudad de La Plata nacía Malena Dente. “Mi mamá no podía salir a la calle. En el hospital le miraban la panza y la revisaban a ver si tenía una bomba. Fue tremenda mi aparición”, cuenta con gracia. En el seno de una familia tipo, sus padres mandaron a sus tres hijos -tiene dos hermanos varones mayores- a una escuela de monjas: “Íbamos al Colegio Corazón Eucarístico de Jesús, bien católico”.
Güido Simonetti nació un 8 de agosto de 1975, como buen hijo de italianos, en el Hospital Italiano. Vivió casi toda su vida en Barrio Norte, a media cuadra del colegio Bayard, el cual asistió desde los 2 hasta los 18 años. Recuerda que a mediados de segundo grado entró una chica nueva linda. “En nuestro grado estaba Juan, que era el Brad Pitt del colegio -más adelante explica que se trata de Juan De Benedictis, ex de Juana Viale- y todas en el Bayard estaban enamoradas de él. Y por otro lado estaba Daniela, la más linda. Male cuando entró se hizo muy amiga de ella. Y lo gracioso es que en tercer grado nos quedábamos después de hora los cuatro, yo con Daniela y ella con Juan. Y la vi darse su primer ‘pico’ con Juan De Benedictis, ¡me duele todavía! Entonces para mí Male era la chica de Juan”, cuenta él mientras ella se apura, “¡pero a mí me gustabas vos!”.
A pesar de haber sido una ‘alumna 10′, Malena sentía que su única vocación era la de ser mamá. “Estudié varias cosas pero nunca me gustaba nada, sentía que mi única vocación era ser mamá y formar una familia; soñaba con tener ‘La familia Ingalls’. Quería 8 hijos, ese era mi único deseo: familia e hijos”, se sincera aunque Güido enseguida aporta que es mecánica dental, “me recibí de mecánica dental porque me casé con un odontólogo”.
“En el 2002, antes de que me case, recuerdo que hicieron una reunión de ex alumnos del Bayard, y yo fui con el objetivo de ver a Juan”, se ríe, contando que cuando entró a la reunión no conocía a nadie. “¿Ustedes fueron compañeros míos?”, preguntó Malena. Y, diez años más tarde, cuando el mundo entero empezó a buscar ex compañeros por Facebook, Güido fue el encargado de armar el grupo de ‘los del Bayard’. Recordando a esta inolvidable nena rubia que había quedado en su mente, la buscó y la agregó. “Me acuerdo que era una de las que me gustaba de chiquito”. Y cuando a ella le llegó la invitación, sorprendida aceptó: “Recordaba pocos nombres de ese colegio, y uno de los que tenía presente era el de Güido porque siempre nos corregía la diéresis”, se ríe mientras él cuenta que tuvo que explicar su nombre desde que nació hasta que por fin Pixar eligió bautizar como Güido al autito azul de su película “Cars”.
La vida de Güido fue algo más lineal. Cuando terminó la secundaria entró directo a trabajar en la empresa de su tío -una conocida marca de ropa de polo-, estudió marketing y cine, su pasión. En 2010, luego de 8 años de relación, se casó con la madre de sus dos hijos. Tuvo un gran matrimonio que luego de 10 años, por asuntos de rutina, llegó a su fin en 2020.
Luego de tanto encierro, pandemia y malas rachas, el 2021 comenzaba con sorpresas. Era enero, Malena ya llevaba dos años de separada y, como cada temporada desde que nació, veraneaba en Pinamar con sus hijos. Una noche de fiaca, luego de un ventoso día de playa, su mejor plan era mirar la vida de los demás en Instagram. “Pasando, veo una foto de Güido lindísima en la playa con sus hijos, y le puse un like. Siempre me aparecían cosas de él y me llamaba la atención lo bueno que era con los chicos, recontra cariñoso con la familia, con la mujer, con los hijos. Les dedicaba un collage de fotos, les hacía videítos”, confiesa ella que genuinamente pensaba ‘yo quiero un hombre así’.
Lo que sigue es un típico stalkeo de ambos sacando la acertada conclusión de que cuando en un perfil no se postean hace meses -o años- fotos en pareja, es porque ahí hay un corazón suelto. Entonces, con la esperanza de que su intuición sea correcta él se animó, y escribió:
-¿Estás en Pinamar? Porque yo también, si querés hacemos una juntada.
Y como para Malena él era ‘el chico de las juntadas’, pensó que había varios ex alumnos de ese lejano colegio que había ido por sólo dos años, pero que en su solitario verano podría resultar una gran compañía. Y respondió:
-Sí, obvio, avisame que me prendo.
Pero Güido, siempre muy correcto, diseñó la frase clave y sutil para que no haya incomodidades y dejar en claro su estado civil.
-Genial, yo la semana que viene vuelvo a llevar a los chicos porque se quedan una semana con la mamá. Y vuelvo a Pinamar solo…
Ambos relatan que desde ese momento cada uno de sus corazones empezaron a latir juntos y como a los 14 años, “como cuando te escribe el chico que te gusta”, palabras de Male. “Fue muy loco porque nos conocimos a los 7 años y nos gustamos aunque nunca nos animamos a decirlo. Y después de 20 años de cada uno en pareja, volver a que te guste la del colegio fue una emoción muy fuerte”, describe Güido la sensación parecida a lo que sería un renacimiento.
Con los nervios de las primeras veces, él la pasó a buscar y cenaron en uno de los paradores frente al mar. Durante la velada, charlando sobre sus vidas, Güido le contó que para su Luna de Miel llevó en casa rodante a su ex mujer a Europa. Male no podía creer lo que escuchaba, era el sueño de toda su vida. De hecho, ella ya tenía una van adaptada para hacer viajes y sus tortas de cumpleaños siempre fueron casas rodantes. “Cuando me dijo eso dije, ‘este es el hombre’, mi sueño es recorrer el mundo en casa rodante”.
“Siento que me vi a mí en mujer. Veo a ella como mi versión femenina, somos iguales, tanto que hasta teníamos la misma contraseña numérica para desbloquear el teléfono. Tenés que embocar, es como ganarte la quiniela”, revela el enamorado, evocando con humor la frase que ella le repitió la primera vez que se volvieron a ver luego de 38 años: “Yo soy un clavo, 44 años y con 4 hijos”.
Enseguida ensamblaron familias. Tienen seis hijos entre los dos que se llevan muy bien -el más grande de Güido tiene la misma edad que la más chica de Male-, se quieren, se esperan para ver películas, se van de vacaciones todos juntos. “Las últimas vacaciones fuimos con los seis chicos y cada uno invitó a alguien, éramos 14, ¡nos encanta! Es algo que tenemos en común también”, expresa ella que, de algún modo, cumplió su sueño de tener una familia numerosa.
Hoy juntos están cumpliendo un sueño digno de ser contado. Potenciaron la pasión de Güido por el cine y la de Malena por las casas rodantes, y crearon Mini Movie Van (www.minimovievan.ar - @minimovievan): un proyecto con el cual recorren las diferentes localidades del país mostrando sus cortos de temáticas sociales en los colegios secundarios, para generar debates sobre violencia de género, abuso, donación de órganos, y otras problemáticas. La idea es engendrar conciencia en los jóvenes desde chicos. Durante septiembre Mini Movie Van ya tiene planificado llegar a General Alvear, 25 de Mayo, Las Flores, Carhué, Capilla del Señor y Rafaela (Santa Fe).