Cómo se puede detectar la conducta suicida y cómo se debe actuar
Cada año mueren alrededor de 700 000 personas por suicidio. En América solamente en 2019 se notificaron más de 97 000 fallecimientos por esta razón. La región con mayor tasa de suicidios es América del Norte con 14,1 por 100 000 habitantes. En América del Sur se registran 3,9 por cada 100 000 habitantes.
El suicidio es la segunda causa de muerte no natural en adolescentes y jóvenes, por lo que hay una urgencia de trabajar en leyes que brinden herramientas a las familias y profesionales que acompañan a quienes están atravesando por crisis en su salud mental.
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Hasta hoy, en nuestro país solo se avanzó con la comisión de Legislación General el proyecto del Día Nacional de Prevención del Suicidio. El cual propone:
* Crear el Programa Nacional de Jornadas de Habilidades para la Vida, que tienen por objeto buscar el bienestar psicosocial, elevar las competencias personales (relacionales, afectivas y sociales) y disminuir daños en la salud (depresión, suicidio, consumos problemáticos, conductas violentas).
* Creación de una aplicación gratuita para teléfonos celulares y dispositivos tecnológicos, compatible con todos los sistemas operativos, a fin de brindar asistencia hacia la salud mental y la prevención del suicidio.
* Introducir redes de apoyo en la sociedad civil a los fines de la prevención del suicidio, trastornos de depresión y ansiedad a través de la creación de una línea telefónica gratuita con alcance nacional de tres dígitos para la atención de consultas relativas al riesgo suicida trastornos de depresión y ansiedad.
¿Dónde están las principales causas?
El acceso a la universidad es un punto de inflexión. Los estudiantes empiezan a convertirse en adultos jóvenes y tienen que adaptarse a numerosos cambios en su vida. Muchos se mudan, dejan de vivir con sus padres, conocen a nuevos compañeros… Además, deberán hacer frente a nuevos requerimientos académicos, formas de evaluación, trabajos, etc.
Como agravante, los estudiantes de profesiones sanitarias tienen que hacer frente a las prácticas clínicas, primera puerta de entrada a unas vivencias como la enfermedad, el sufrimiento o la muerte. A esto hay que sumar la responsabilidad y la carga que puede suponer un error. En un reciente estudio en Estados Unidos se pudo ver cómo el riesgo de suicidio en personal sanitario era mayor que en la población general.
¿Cuáles son las señales de alarma?
La ideación es un elemento fundamental en el proceso del comportamiento suicida, ya que surge generalmente como precursor y desencadenante del intento.
Las señales que nos pueden alertar de si una persona está teniendo ese tipo de ideas pueden ser de dos tipos: verbales, lo que dicen con sus palabras, y no verbales, lo que nos comunican con sus acciones.
* Las señales verbales van desde comentarios despectivos sobre su vida o hacia sí mismos hasta frases de despedida, sobre el deseo de no estar, de dormir y no volver a despertar o sobre la muerte.
* Como señales no verbales o comportamientos cabe señalar la búsqueda información sobre métodos de suicidio, cambios repentinos de conducta o de su forma de ser y actuar (irritabilidad, aislamiento y cambios en los ritmos de sueño, su aspecto o su higiene), precipitación por cerrar asuntos pendientes, regalos de objetos personales, etcétera.
¿Qué debemos hacer?
Si en algún momento nos encontramos con alguien que pueda estar planteándose quitarse la vida, debemos tener en cuenta unas pautas básicas de actuación.
Lo primero, conservar la propia calma. La persona en crisis tiene miedo y está sufriendo mucho; es importante no responder de forma exagerada. Necesitan sentirse comprendidos y respetados y que no se banalicen sus sentimientos. Hay que hablarle, transmitirle que nos importa y que nos preocupan sus problemas.
Debemos mantener una actitud proactiva, aportar presencia y disponibilidad. Decirle: “aquí estoy para lo que necesites”, “vamos a tomar un café”, “vamos a hablar”… No hay que esperar a que la persona pida ayuda, ya que muchas veces no lo va a hacer.
Si parece que el riesgo de suicido es inmediato, debemos acompañar a esa persona a urgencias del hospital o pedir ayuda llamando al 112, el teléfono de emergencias en un gran número de países, al número específico de atención suicida en Argentina (011) 4962-0660. Es importante no dejar a una persona sola y mantenerla alejado de objetos con los que se pueda lesionar.
Libros, aplicaciones y asociaciones
Para quienes quieran seguir informándose sobre la conducta suicida, existen guías institucionales o libros específicos como Prevenir el suicidio. Una guía para ayudarte a ayudar, de Paula G. Valverde Fonseca; Dejar de sufrir o dejar de vivir. La dualidad del suicidio, de Enrique Galindo Bonilla y Francisco José Celada Cajal; o La mesa de la vida, de Enrique Galindo Bonilla.
Las apps de ayuda pueden resultar igualmente de mucha utilidad tanto para profesionales como para el público en general, ya que ofrecen información rápida y accesible. Destacan Calma y prevensuic.
También es primordial ofrecer y conocer la labor que desempeñan asociaciones y recursos de ayuda:
Proyecto al camino
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