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SOLICITADA. Sobre el trabajo del Consorcio de Viviendas de Villaguay

 
Autoridades del Consorcio de Viviendas de Villaguay. (Foto: Archivo, ilustrativa).

Frente a las inquietudes planteadas en la tapa de este diario por el arquitecto Luis Uriona, el Consorcio para la Construcción de Viviendas del Departamento Villaguay desea efectuar una serie de consideraciones a fin de esclarecer la situación.


-Desde su conformación en 2009, se han construido a través del Consorcio 576 viviendas urbanas y rurales en Villaguay, Villa Clara, Villa Domínguez y la totalidad de las Juntas de Gobierno del Departamento.

-Los proyectos se canalizaron a través de cooperativas (más de 15) conformadas por casi 600 trabajadores de la zona, quienes mientras hubo continuidad en el flujo de dinero, pudieron gozar de un trabajo encuadrado en las disposiciones legales.

-La construcción de todas esas viviendas fue posible gracias a la optimización de recursos que realizó el Consorcio. Para muestra, el siguiente ejemplo: en octubre de 2013, cuando se firmó el convenio para edificar 160 casas, el valor del metro cuadrado de construcción era, según el Colegio de Arquitectos de Entre Ríos, de 7175,01 pesos. En ese momento, el Consorcio firmó por un valor de 3500 pesos por metro cuadrado. Y pudo levantar las viviendas con la calidad prometida y sin ningún tipo de actualización presupuestaria, pese a que, al terminarse el proyecto en 2015, el valor del metro cuadrado se había incrementado hasta llegar a los 11290 pesos.

-Las obras tuvieron continuidad hasta que, asumido el nuevo gobierno a nivel nacional, la secretaría de Hábitat y Vivienda instrumentó sucesivos cambios con el objetivo de optimizar el sistema. Aunque el objetivo es loable, la demora en la instrumentación de esas modificaciones y las consiguientes correcciones al nuevo sistema provocaron la interrupción de los trabajos por la falta de financiamiento.

-Esa pausa en el flujo de dinero causó la disolución de la masa laboral y la supresión de los casi 600 puestos de trabajo. Esos trabajadores regresaron a la informalidad o, peor aún, engrosaron los índices de desocupación.

-En la actualidad, la nación debería haber transferido al Consorcio 39 millones de pesos correspondientes a actualización de costos del programa de 371 viviendas. A eso se debería sumar, cuando se complete la corrección de la documentación, otros 32 millones correspondientes al quinto y último desembolso del proyecto.

-Con ese dinero, el Consorcio tiene previsto terminar las 14 viviendas faltantes de ese programa, y agregar otras 13. Y se encuentra en proceso de elaboración otro proyecto de aproximadamente 30 viviendas con el dinero sobrante de los desembolsos que se deberían transferir.

-Respecto a la selección de los adjudicatarios, los listados se confeccionaron de acuerdo a su condición socioeconómica a partir de un estudio realizado por una licenciada en trabajo social. Si queda alguna duda al respecto, invitamos a quienes lo deseen y al propio funcionario Uriona, a recorrer las viviendas y comprobar si en alguna de ellas reside alguna persona que, por su holgadez económica, no hubiera merecido ser adjudicatario. Si alguien ha decidido infringir las normas y poner en riesgo la tenencia ofreciendo su casa a la venta o alquiler, seguramente no ha sido porque tiene otra vivienda sino por cuestiones culturales que no viene al caso analizar aquí.

-Es cierto, como dice Uriona, que existe atraso en la escrituración de las viviendas. Pero suponer que esa tarea puede realizarse en dos meses –tal como formalmente lo determina el convenio- es desconocer plenamente la realidad de los hechos. Quizá hubiera sido posible avanzar con mayor celeridad en esos trámites, pausando la construcción de nuevas viviendas. Frente a esa situación, tomamos una decisión de la que no nos arrepentimos: hacer más viviendas para resolver la urgencia de numerosas familias y posponer la regularización dominial.

 -Las idas y vueltas devenidas de los cambios metodológicos en la presentación de rendiciones y certificaciones insumió (y continúa insumiendo) más tiempo del que hubiéramos deseado. Quizá con el acompañamiento del arquitecto Uriona nos hubiera resultado más sencillo adecuar nuestro trabajo a las nuevas disposiciones. Pero lo cierto es que el arquitecto jamás se acercó a ofrecer colaboración.

-Pese a que se ha presentado en los medios como un “enlace” entre la provincia y la nación, su tarea se ha limitado, en nuestro caso, a pedir “informes” que le han sido respondidos en detalle (copias de los convenios, ubicación georreferenciada de las viviendas, listados de adjudicatarios, etc).

-Como se puede observar, el trabajo del Consorcio le ha permitido al Estado brindar una gran cantidad de soluciones habitacionales ahorrando mucho dinero, generando mano de obra local, movilizando el comercio zonal y regional a través de la compra de materiales y hasta creando mano de obra calificada.

-Todo eso fue posible merced al trabajo mancomunado de mucha gente. Por ello, invitamos al arquitecto Uriona a sumarse a este esfuerzo con una actitud constructiva y generosa. No es frecuente que Villaguay tenga un funcionario nacional, y sería penoso para  la ciudad y el departamento que un villaguayense con responsabilidad institucional malgaste su tiempo en actitudes mezquinas y meramente fiscalizadoras y no se preocupe un poco más por conseguir más viviendas para sus conciudadanos.

-La realidad indica que desde el año 2009 hasta el 2015 se construyeron 576 viviendas. Es decir, 96 viviendas por año. En los últimos 2 años y tres meses podrían haberse construido más de 200 viviendas siguiendo con el ritmo anterior. Pero la triste realidad es que no se han construido viviendas. Sólo hemos visto críticas en los medios de comunicación y ninguna propuesta constructiva.

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