Brian Agustín
Arregui retornó anoche a nuestra ciudad luego de la exitosa gira europea con la
Selección Argentina Juvenil de Box. Fue recibido por una numerosa cantidad de
villaguayenses en la terminal de ómnibus que luego se extendió a una caravana
por las calles de la ciudad. La Dirección de Deportes Municipal y amigos de
Brian le organizaron una gran fiesta de bienvenida en la plaza “Francisco
Ramírez”. El crédito de club Salud Pública fue el boxeador más destacado de la
delegación argentina, obteniendo medallas de oro en Montenegro y Bulgaria.
Diario EL PUEBLO charló con él de esta manera.
¿Cómo viviste
esta magnífica experiencia en Montenegro, Bulgaria y Hungría?
Estoy muy contento y agradecido por el recibimiento que me realizó la gente
de Villaguay. La verdad que se me hacían eternas las horas en el viaje de
vuelta dentro del avión para estar acá en mi ciudad, con mi hija, la familia y
mi gente. Muy feliz por los logros que pude obtener allá en Europa. Primero
competí en el torneo de Montenegro, donde realicé dos peleas (semifinal y
final), ganando la primera medalla de oro. Y después en Sofía (Bulgaria)
participé de una competencia muy fuerte, donde estuvieron presentes todas las
potencias más importantes del boxeo mundial. Me tocó enfrentar en cuartos de
final a un rival de Estados Unidos que era muy alto, tenía casi dos metros,
pero le gané muy bien (5-0). Después, en la semifinal, combatí contra un
croata, zurdo, a quien también le gané por puntos y luego, en la final, peleé
con un boxeador de Kazajistán, a quien lo había visto pelear anteriormente y se
veía muy fuerte. Pensé que me iba a hacer una pelea complicada pero después
arriba del ring fue distinto, porque en definitiva fue el combate menos
complicado que tuve y también le gané por 5-0. Estas peleas me sirvieron para
afrontar de la mejor manera la preparación para octubre, fecha en la que se
realizan los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires. El próximo 4 de
mayo viajo a Estados Unidos y del 21 al 26 de mayo tengo la eliminatoria para
los Juegos de la Juventud.
En estos torneos
que se realizaron en Europa peleaste muy seguido, lo cual te debe haber
acarreado un desgaste físico importante.
Sí, en el primer torneo en Montenegro peleé jueves y sábado, o sea que tuve
un intervalo de un día entre una pelea y otra, pero en Bulgaria combatí durante
tres días seguidos. El cuerpo se la bancó bastante bien, aunque en la cuarta
pelea me sentí muy cansado, pero en la quinta ya estaba bien, con las pilas
recargadas y pude hacer una buena presentación. En cuanto a la preparación
física, el primer día que estuve en Montenegro entrené solamente para mantener
el peso y después eran todos días de competencia, por lo cual no entrenaba para
poder descansar. En uno de los entrenamientos que realizamos en Hungría, en una
pelea me lesioné la mano derecha, pero ya estoy bastante bien, así que nos
vamos a preparar para la eliminatoria. Le pegué en la cabeza a un rival de
Kazajistán y se me inflamó la mano, no podía cerrarla y sentía un dolor muy
fuerte. Seguí peleando y después se me pasó, pero cuando bajé del ring era
impresionante el dolor que tenía. Me apliqué mucho hielo y luego me llevaron
para hacer una placa, pero gracias a Dios no tenía ninguna fractura, fue solamente
el golpe. Ahora me quedó la marca en la mano, se me formó una especie de
sobrehueso pero no me duele, estoy bien.
¿Hubo algo que
te sorprendió boxísticamente de lo que viste en esta gira?
Habíamos peleado contra rivales de América, por lo cual no conocíamos el
nivel europeo, pero ahora te puedo decir que estamos dentro de un mismo nivel y
me animaría decir que estamos un poquito más arriba que ellos. Con el trabajo a
conciencia que desde hace varios años venimos haciendo y de la manera que estoy
desarrollando lo que me enseñó mi entrenador Darío “Chanchito” Pérez, estoy muy
contento por el rendimiento que tuve. Es tan grande la unión que tenemos con
“Chanchito” que allá en Bulgaria me sucedió algo muy especial. Estaba peleando
el segundo round de la semifinal contra el croata y escuché que me gritaba
“Chanchito”. La verdad que fue algo muy lindo, me dio mucha fuerza, me motivó
tremendamente y pude sacar la pelea adelante. Fue de no creer, escuché clarita
la voz de él, lo sentí conmigo y eso me dio una confianza plena. Creo que no va
a haber un entrenador que te transmita todo desde un rincón como lo hace
“Chanchito”, que te dé ese aliento tan importante en momentos fundamentales de
la pelea y que te corrija sobre la marcha para que hagas las cosas bien.
Hablemos de lo
extradeportivo ¿Qué te pareció Europa?
Conocer lugares nuevos es algo muy hermoso, igualmente recorrimos poco
porque todo estaba centrado en entrenar y pelear, pero paseamos bastante en
Montenegro y Hungría. Estos países tienen lugares realmente espectaculares y
dignos de recorrerlos para conocer su historia y admirar sus paisajes y
edificios. Los aeropuertos son un “loquero” de gente y viajar en avión es algo casi insoportable para
mí (risas). El momento del despegue es algo feo porque te marea muchísimo y
cuando estás arriba se te tapan los oídos. Además hacer varias escalas te
desgasta mucho el cuerpo. Por ejemplo, anoche viajamos desde París a Buenos
Aires y son 12 horas adentro del avión en las cuales no sabés que hacer, porque
podés mirar una película y escuchar música, pero parece que el tiempo no pasa
nunca, además mirás por la ventana y ves solamente nubes (risas). Y tengo que
estar muy cansado para poder dormir arriba del avión, porque es algo muy
incómodo, mucho más que el colectivo. En lo que respecta a la atención eso sí
es muy bueno, porque están las azafatas que te dan de comer, café, todo lo que
quieras.
Con tantos días
compartiendo todo, ¿cómo fue la convivencia con los integrantes de la Selección
Argentina Juvenil?
La pasamos excelente, la verdad que tenemos un equipo de primera, somos muy
unidos. Yo soy el capitán de la Selección y me gusta mucho hablar con mis
compañeros, tanto con Taiel y Alan Chaves, que son primos, como también con
Mirco Cuello (quien además es mi compadre), Ángel Gómez y las chicas Oriana
Sánchez y Victoria Saputo, tenemos una gran amistad. Además de compartir cosas
con ellos también aprendés viéndolos pelear porque son unos tremendos
boxeadores. Estoy muy contento por el equipo ganador que hemos formado. En esta
oportunidad viajamos junto a dos entrenadores, Fabricio Nieva, quien es el jefe
de los entrenadores de la Selección, que también nos dá la parte física y el
cordobés Víctor Castro.


