La respuesta al bloqueo de cada negocio, fue encolumnarse detrás de una estrategia: reciclar y reinventar la forma de ganar dinero haciendo lo mismo que antes, pero on line.
En el casino piensan rápido: el camino fue transformar toda la actividad que desplegaban a través de una tecnología capaz de recrear el habito del apostador y hacerle sentir lo mismo que en vivo pero sentado en su mesa mirando una pantalla. Es difícil. Algunos sólo con su celular. Hay cosas que no se reciclan así nomás.
Esta interrupción forzada de todos los negocios en marcha, ha producido en el mundo grandes pérdidas para empresarios y para el propio estado que recauda buena plata por los impuestos.
Hemos oído hablar de muchas actividades afectadas, así como de las estrategias propuestas en cada caso para recrearlas on line.
Ya le llevan a su casa las compras del supermercado, el almuerzo, los helados y a través de Mercado Libre podría Ud comprarse un auto sin moverse del sillón. Se han habilitado servicios religiosos, fúnebres y festivos por internet. Cine, teatro, recitales y más. Ud puede comprar en USA desde su sillón, con tantas facilidades como se le ocurran.
Bastante poco hemos oído sobre los juegos de azar concentrados en un Casino.
Los jugadores expertos afirman que programar una ruleta para que nunca salgan los números con mayores apuestas es más fácil que darle cuerda a un reloj.
Cuando se cerraron los casinos físicos, la actividad pasó a la virtualidad total.
Rápidamente se detectó una caída en las apuestas y por lo tanto en la recaudación de impuestos.
Los gerentes de las principales empresas nacionales y multinacionales detectaron en 3 minutos la huida de los apostadores de los Casinos on line.
Los jugadores empedernidos que dejan su salud en el paño de una ruleta a diario, no confían en las máquinas programables y por ende ya nunca mas apostarían como antes.
Los gerentes (más rápidos que los apostadores) supieron que había que devolver la confianza del público para rescatar la transparencia de los juegos.
Había que demostrar que las máquinas y ruletas no pueden estar tuneadas.
Así aparece la variante del Croupier en vivo. Se trata de una señorita con barbijo, que arroja la bola en una ruleta real que gira también en vivo, cerrando las sospechas de programaciones del juego.
Ud puede seguir la bola en cada mano en tiempo real.
Se dice que el sistema es mucho más caro que el automático. Se necesita personal las 24 horas del día que rota continuamente. Los apostadores ganan más que en la ruleta tuneada y el casino un poco menos que antes.
Así las cosas, es interesante que desde un juego por dinero tildado como un vicio, incluir la verdad y la transparencia termina beneficiando a todos. Sin olvidar al Estado, que recupera su recaudación perdida. Si así no fuera, los casinos on line estarían vacíos.
Que los inveterados apostadores se vuelquen a esta forma más segura de jugar, evitando las aglomeraciones, es también más segura para ellos y para todos. Con suerte, se ganan algunos patacones, pero esa es otra historia.
Salud amigo y no le afloje a la primera docena.
(¡Gracias por los mails!).
______________
Daniel de Michele
eljibaro2002@gmail.com
En el casino piensan rápido: el camino fue transformar toda la actividad que desplegaban a través de una tecnología capaz de recrear el habito del apostador y hacerle sentir lo mismo que en vivo pero sentado en su mesa mirando una pantalla. Es difícil. Algunos sólo con su celular. Hay cosas que no se reciclan así nomás.
Esta interrupción forzada de todos los negocios en marcha, ha producido en el mundo grandes pérdidas para empresarios y para el propio estado que recauda buena plata por los impuestos.
Hemos oído hablar de muchas actividades afectadas, así como de las estrategias propuestas en cada caso para recrearlas on line.
Ya le llevan a su casa las compras del supermercado, el almuerzo, los helados y a través de Mercado Libre podría Ud comprarse un auto sin moverse del sillón. Se han habilitado servicios religiosos, fúnebres y festivos por internet. Cine, teatro, recitales y más. Ud puede comprar en USA desde su sillón, con tantas facilidades como se le ocurran.
Bastante poco hemos oído sobre los juegos de azar concentrados en un Casino.
Los jugadores expertos afirman que programar una ruleta para que nunca salgan los números con mayores apuestas es más fácil que darle cuerda a un reloj.
Cuando se cerraron los casinos físicos, la actividad pasó a la virtualidad total.
Rápidamente se detectó una caída en las apuestas y por lo tanto en la recaudación de impuestos.
Los gerentes de las principales empresas nacionales y multinacionales detectaron en 3 minutos la huida de los apostadores de los Casinos on line.
Los jugadores empedernidos que dejan su salud en el paño de una ruleta a diario, no confían en las máquinas programables y por ende ya nunca mas apostarían como antes.
Los gerentes (más rápidos que los apostadores) supieron que había que devolver la confianza del público para rescatar la transparencia de los juegos.
Había que demostrar que las máquinas y ruletas no pueden estar tuneadas.
Así aparece la variante del Croupier en vivo. Se trata de una señorita con barbijo, que arroja la bola en una ruleta real que gira también en vivo, cerrando las sospechas de programaciones del juego.
Ud puede seguir la bola en cada mano en tiempo real.
Se dice que el sistema es mucho más caro que el automático. Se necesita personal las 24 horas del día que rota continuamente. Los apostadores ganan más que en la ruleta tuneada y el casino un poco menos que antes.
Así las cosas, es interesante que desde un juego por dinero tildado como un vicio, incluir la verdad y la transparencia termina beneficiando a todos. Sin olvidar al Estado, que recupera su recaudación perdida. Si así no fuera, los casinos on line estarían vacíos.
Que los inveterados apostadores se vuelquen a esta forma más segura de jugar, evitando las aglomeraciones, es también más segura para ellos y para todos. Con suerte, se ganan algunos patacones, pero esa es otra historia.
Salud amigo y no le afloje a la primera docena.
(¡Gracias por los mails!).
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Daniel de Michele
eljibaro2002@gmail.com