Seguinos en Facebook Seguinos en Instagram Seguinos en Threads Seguinos en TikTok Seguinos en Bluesky Escribinos por whatsapp Escribinos por Telegram

CONSTRUCCIÓN COTIDIANA DE LA BUROCRACIA. Por Daniel de Michele

“Aceptar las mentiras nos trae más problemas que la ignorancia”

Estamos bien atrasados en el manejo cotidiano de los ciudadanos que acuden al Estado a cumplir con trámites de dudosa necesidad. Ya constituye un maltrato la aceptación mansa de la espera en largas filas de personas que vienen a buscar lo mismo que nosotros, el mismo día y a la misma hora.
 
Lo seguro es que después de la segunda dosis de estas esperas, suben los anticuerpos contra la ansiedad. A los 45 minutos, cuando llega nuestro turno se nos informa que el arancel por el trámite debe pagarse en una agencia de NotiPago que “esta acá en la esquina”.

Uno rumbea para la esquina y a la quinta cuadra empieza a putear por el engaño. Finalmente uno encuentra la oficina de Notipago. Hay una fila india de solo seis ciudadanos que vienen a buscar lo mismo que nosotros el mismo día y a la misma hora. Al ladito nomás, hay un escritorio para la quiniela, así que aprovecho la espera para perder un poco mas de plata con el 396 y el 96 a la cabeza y a los diez en la nocturna. Poca plata, pero si uno no apuesta jamás ganará nada sin merecerlo.


Llega mi turno a la media hora y pago el arancel del trámite que avanza leeeento pero seguro.

Vuelvo a la oficina de inicio del trámite. Ahora hay una multitud considerable como para armar un partidito de Futsal con público y todo.

Como Ud. juega de visitante, busca algún aliado local para entregar el pago de Notipago que se le requirió. Entonces el aliado le indica que ahora Ud. debe ser visto por el médico para llenar la historia clínica.

-Muy bien, -respondí entusiasmado pues el trámite avanzaba veloz ahora

-¿En que oficina atiende el doctor?

-No, aquí no atiende hoy. Debe verlo en el Centro de Salud Tuttoconfore con un turno que debe sacar antes.

-Ud cree que me verá ahora? le consulté a mi aliado.

-Mmmm… Difícil, dijo el amigo. El turno es para adelante...

-Deme el turno antes de que empiece a llorar porque me pongo loco y rompo cosas, le dije para que acelerara un poco y me liberara del tormento de estar entre la multitud esperante todo el dia.

Llegado el día y la hora del turno con el tordo, me presento en el lugar indicado. Había una fila india de unos ocho ciudadanos que seguro venían a buscar lo mismo que yo, el mismo día y a la misma hora que yo.

Por suerte la consulta fue veloz y breve.

Le hablé de mi pulmón de fumador crónico y de mi histeria con las esperas. Creo que pensó que podría hacer un lío y me dio el alta al toque.

Al día siguiente volví a la oficina con mi historia clínica limpita, la ansiedad al palo y sin posibilidad de tolerar alguna nueva maniobra de postergación.

-Amigo, ¿que hago con el informe del médico? pregunté al chango conocido días atrás allí.

-Ah, ojo que le falta la foto para el nuevo carné.

-Yo traje 3. Sabía que me pedirían una foto color pal carné…

-No, no. Ahora la sacamos nosotros acá
dijo el amigo y me asaltó un presentimiento.

-¡Ay carajo! (se me escapó... y lo dije en voz bien alta, indigno de un profesional, bien nacido y hablado).

Así que rebobiné, me puse en modo CONICET y reparando el exabrupto anterior, corregí la puteada nacida de mi hartazgo y oída por la multitud.

-¡Che, pero qué tasa elevada de dificultad que conlleva este procedimiento!

El chango local y los demás me miraron y se miraron riéndose al unísono. Alguien grito;

-¿Queeé?

-¡Sacame la foto rápido que quiero irme de acá! ¡¡¡LPMQLP!!! me salio de la entraña dura.

No quieran saber la cara de culo que quedó estampada en la foto de mi carné.

¡Espantosa! Pero terminé el trámite en semanita y media. Nada mal para andar por la pandemia sin padrinos…

Ahora saqué turno pa la vacuna…

Después le cuento.

Salú.

______________
Daniel de Michele
eljibaro2002@gmail.com

Publicidad