Los veganos son vegetarianos que además evitan consumir productos de origen animal como lácteos, huevos y miel. Con el mismo fundamento evitan usar cueros, pieles, seda, lana, cosméticos y algunos jabones que contienen productos de origen animal. Promueven además, los derechos y el bienestar animal oponiéndose a su matanza con el fin de alimentar a nuestra especie.
Los detractores del veganismo los acusan de criticar con propaganda artificial a la ganadería y la crianza de aves para consumo.
Por su parte, los veganos llaman asesinato de animales al faenamiento. Son implacables con la industria, acusándola de producir sufrimiento y stress innecesario al animal antes de matarlo.
A su vez se preguntan si los anuncios que muestran impecables vacas y cerdos en campos verdes con sus terneros y lechones, o pavos y gallinas deambulando libremente por un impecable huerto ¿no son acaso propaganda?
El video pro-vegano 'Carnage' (Simon Amstell) está haciendo que los no veganos, piensen dos veces en alimentos como la carne, huevos y lácteos antes de su consumo.
El documental mencionado pone al descubierto en imágenes la brutalidad del mundo de la industria. Da por lógica la idea de que comer carne daña tanto a los animales como a nosotros mismos. Entre otras cosas, Amstell se pregunta, ¿Llegarán los jóvenes del año 2067 comprender cómo sus padres y abuelos pudieron matar y tragar los líquidos de un animal y comerse las partes de su cuerpo? El film, además aporta un mensaje importante y conmovedor: muchos de los hechos exhibidos sobre la industria cárnica/ láctea son verídicos, las imágenes contundentes y el verdadero sufrimiento causado por comer animales se exhibe allí sin tapujos.
Propone que si a Ud. le preocupa la crueldad hacia los animales, el cambio climático o su salud, una dieta compasiva basada en vegetales es la mejor opción.
El ecologismo verde oscuro ya ha argumentado que el “sentimiento de superioridad de la raza humana sobre los animales es una postura ingenua que solo nos llevará a perjudicar a nuestra propia especie”.
Los más osados opinan que el avance del veganismo empezó a producir efectos políticos-económicos al generar una disminución en el consumo de carne del mundo, con perjuicio al monopolio de la industria.
Otros se sorprenden viendo que el veganismo no se oponga a dar muerte a animales silvestres mediante la caza deportiva.
La explicación es tratar de corregir excesos cometidos por los humanos. Hemos exterminado a los lobos pues se comían a nuestros ciervos y ganado. El fenómeno de retirar del ecosistema a un depredador provocará un exceso poblacional de su víctima: los ciervos.
El veganismo sostiene que la caza ordenada puede servir a los fines de paliar desequilibrios ecológicos causados por humanos. Rescatan que con la carne de caza, usted sabe exactamente lo que está comiendo, sabe que está cazando algo que ya necesita ser sacrificado y sabe que el animal en cuestión ha pasado una vida en libertad, sin abusos a manos de la industria.
La mayoría de las comidas rápidas, contienen trozos de animales que han sido tratados bárbaramente. Ni hablar de la muerte de una langosta marina arrojada al agua hirviendo… Al fin, el veganismo quizá solo sea la punta de un iceberg.
Tal vez ya sea necesario detenernos a pensar en el daño ocasionado a nuestro ecosistema por todo lo que hemos estado destruyendo y consumiendo en los últimos siglos en busca de mayor bienestar.
Esta afirmación vale para toda actividad extractivista conocida y codiciada por el capitalismo.
Desde los combustibles fósiles, la tierra, pesticidas, la vida humana y animal. Y una de la que nadie habla: los vegetales son también seres vivos.
Es verdad que son más fáciles de reponer, pero también es cierto que tomaría tres vidas humanas recuperar un árbol amazónico talado en quince minutos…
______________
Daniel de Michele
eljibaro2002@gmail.com
Por su parte, los veganos llaman asesinato de animales al faenamiento. Son implacables con la industria, acusándola de producir sufrimiento y stress innecesario al animal antes de matarlo.
A su vez se preguntan si los anuncios que muestran impecables vacas y cerdos en campos verdes con sus terneros y lechones, o pavos y gallinas deambulando libremente por un impecable huerto ¿no son acaso propaganda?
El video pro-vegano 'Carnage' (Simon Amstell) está haciendo que los no veganos, piensen dos veces en alimentos como la carne, huevos y lácteos antes de su consumo.
El documental mencionado pone al descubierto en imágenes la brutalidad del mundo de la industria. Da por lógica la idea de que comer carne daña tanto a los animales como a nosotros mismos. Entre otras cosas, Amstell se pregunta, ¿Llegarán los jóvenes del año 2067 comprender cómo sus padres y abuelos pudieron matar y tragar los líquidos de un animal y comerse las partes de su cuerpo? El film, además aporta un mensaje importante y conmovedor: muchos de los hechos exhibidos sobre la industria cárnica/ láctea son verídicos, las imágenes contundentes y el verdadero sufrimiento causado por comer animales se exhibe allí sin tapujos.
Propone que si a Ud. le preocupa la crueldad hacia los animales, el cambio climático o su salud, una dieta compasiva basada en vegetales es la mejor opción.
El ecologismo verde oscuro ya ha argumentado que el “sentimiento de superioridad de la raza humana sobre los animales es una postura ingenua que solo nos llevará a perjudicar a nuestra propia especie”.
Los más osados opinan que el avance del veganismo empezó a producir efectos políticos-económicos al generar una disminución en el consumo de carne del mundo, con perjuicio al monopolio de la industria.
Otros se sorprenden viendo que el veganismo no se oponga a dar muerte a animales silvestres mediante la caza deportiva.
La explicación es tratar de corregir excesos cometidos por los humanos. Hemos exterminado a los lobos pues se comían a nuestros ciervos y ganado. El fenómeno de retirar del ecosistema a un depredador provocará un exceso poblacional de su víctima: los ciervos.
El veganismo sostiene que la caza ordenada puede servir a los fines de paliar desequilibrios ecológicos causados por humanos. Rescatan que con la carne de caza, usted sabe exactamente lo que está comiendo, sabe que está cazando algo que ya necesita ser sacrificado y sabe que el animal en cuestión ha pasado una vida en libertad, sin abusos a manos de la industria.
La mayoría de las comidas rápidas, contienen trozos de animales que han sido tratados bárbaramente. Ni hablar de la muerte de una langosta marina arrojada al agua hirviendo… Al fin, el veganismo quizá solo sea la punta de un iceberg.
Tal vez ya sea necesario detenernos a pensar en el daño ocasionado a nuestro ecosistema por todo lo que hemos estado destruyendo y consumiendo en los últimos siglos en busca de mayor bienestar.
Esta afirmación vale para toda actividad extractivista conocida y codiciada por el capitalismo.
Desde los combustibles fósiles, la tierra, pesticidas, la vida humana y animal. Y una de la que nadie habla: los vegetales son también seres vivos.
Es verdad que son más fáciles de reponer, pero también es cierto que tomaría tres vidas humanas recuperar un árbol amazónico talado en quince minutos…
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