NECESITA COLABORACIÓN UN VECINO DE VILLAGUAY QUE DA DE COMER A 90 PERROS CALLEJEROS. Carlos Cuberli, del barrio La Esperanza

Desde hace ya algún tiempo, el vecino Carlos Cuberli viene alimentando a unos 90 perros callejeros del barrio La Esperanza, en la zona sur de Villaguay. Ahora necesita de la ayuda de la población para poder continuar realizando esa tarea.

El hombre tiene 12 animales en su casa, de los cuales 10 rescató de la calle, y además les da de comer a otros 90, algunos callejeros y otros que tienen dueños pero que no reciben comida ni cuidados.

Consultado esta semana por Delco Noticias, contó que recibe donaciones de alimento por parte de la municipalidad y de las vecinas Natalia Gargallo, Liliana Miño y Lorena Waser. El problema es que esas colaboraciones no alcanzan para cubrir las 30 bolsas de 22 kilos que consumen cada día los perros a su cuidado.



Si bien Carlos intenta complementar la dieta con "arrocín" que prepara junto a su mujer, advirtió que eso es insuficiente para lograr que los perros alcancen una alimentación adeucuada.

Por eso decidió apelar a la solidaridad de los villaguayenses. "A ver si podemos conseguir algo para los callejeros. Venimos medio complicados. Hasta ahora no ha llegado nada", informó ayer, consultado por este diario.

Los vecinos que deseen colaborar pueden llevar las bolsas de alimento a su domicilio (Gualeguay 1766) o dejarlas en alguna veterinaria para que él luego las pase a buscar. También pueden convenir la mejor forma de entrega comunicándose directamente con él por whatsapp al 3447-498381.

Carlos dejó en claro que no recibe dinero sino sólo alimento para perros, de cualquier marca.

En el barrio La Esperanza viven alrededor de 100 familias, por lo cual se calcula que habría un total de cerca de 400 perros.


"Cuchas"

Carlos Cuberli indicó que a veces, cuando dispone de tiempo, construye "cuchas" y las regala. "Ahora ando un poco complicado pero igual las sigo haciendo", señaló.

Así, sus 12 perros y también los callejeros que permanecen generalmente frente a su casa cuentan con un sitio cómodo donde dormir. Los demás, en cambio, se refugian donde pueden.