LA ORGANIZACIÓN DEL TETO MEDINA POR DENTRO: EL VIDEO DEL “CHIQUERO” DONDE CASTIGABAN ADICTOS
Allí, los detectives atravesaron barro y mugre, instalaciones casi infrahumanas. Las camas cucheta desvencijadas y las bolsas de arroz de baja calidad que hallaron en un depósito parecían un lujo en comparación a lo que verían después.
La visita continuó. Primero, encontraron ranchos precarios, casillas donde dormían los adictos de la organización que habían montado ellos mismos, con un patio en la tierra pelada donde funcionaba una cocina a leña, una olla carbonizada y un barril de metal cortado, para guisos de polenta batidos con un trozo de madera. Luego, encontraron una estructura bajo techo de chapa con pequeños muros internos, lo que parecía un corral porcino. Pero La Razón de Vivir no criaba cerdos. Había ropa doblada en los pequeños muros, medias, pantalones y calzoncillos.
El frío y el hambre no eran la única forma que La Razón de Vivir tenía para controlar a los adictos que debía tratar, supuestamente convertidos en siervos. También contaban con el largo brazo de la ley, en cierta forma.
Allí, realizaba llamados a las víctimas, según la imputación en su contra escrita por el juez Ichazo. Decía ser jueza o defensora oficial, les aseguraba que tenían causas en su contra y que si se sometían a la organización terapéutica, nada malo les pasaría. Todo, para evitar que huyeran y para garantizar que se sometieran al esquema de servidumbre.
También hay un ex policía involucrado en la historia, Mariano Torchia, exonerado de la Policía Federal años atrás. Su rol es mucho más jerárquico que el de Tatiana Lorena. Realizó giras por provincias como directivo de la institución junto a “Teto” Medina y el líder máximo, Néstor Zelaya. “Era básicamente un sargento para los adictos”, dice el investigador. Un documento de la causa revela cómo simuló ser un fiscal provincial con al menos una víctima, para contar el mismo cuento: había una supuesta causa contra ese adicto. Si accedía a someterse a La Razón de Vivir, recibiría beneficios.
En otro diálogo, el jefe baja la orden de que Torchia se haga pasar por fiscal para engañar a una víctima.
En otro diálogo con Zelaya, el ex PFA asegura que una víctima “se corbateó”, es decir, se suicidó por ahorcamiento. Allí, acordaron manipular a la familia de este paciente. (Fuente: Infobae).