Con una concurrencia masiva y un clima festivo, terminó el FILBA nacional de Mar del Plata

FILBA 2022 Mar del Plata (Desde Mar del Plata) Todo concluye al fin, todo termina. Después de tres días intensos, con talleres, caminatas, recorridos, paneles y espectáculos, el FILBA nacional le dice adiós a Mar del Plata, hasta la próxima. Más allá del Torreón del monje, donde el público pudo encontrarse con Guillermo Martínez en un desayuno con un autor y de un seminario que tuvo a Rodolfo Walsh en su rol de escritor de ficción, Villa Victoria volvió a ser el centro neurálgico del Festival. A las cuatro de la tarde, y a sala llena, el panel Al margen, con la participación de Ana Porrúa, Mariano Blatt y Osvaldo Baigorria, moderado por Mónica Bueno tomó como punto de partida a Mar del Plata, que, como toda ciudad, tiene un lado B. Se habló del margen, del lado b y la literatura. Se preguntaron qué está al margen, Porrúa habló acerca del la inquietud, de lo que no está en el mercado (capitalismo), y de que para hablar de margen, se presupone un centro y su legitimación. En paralelo, en los jardines, se repitió el repertorio musical del día anterior, pero no así los textos, el tema ni sus lectores. La infancia era el hilo conductor de estas postas imaginarias y arbitrarias. Mercedes Halfon relató un recuerdo muy bello que describía sus primeros encuentros con libros a su disposición, con dos vecinas que oficiaron de mediadoras y un poco de hadas madrinas literarias. En la siguiente posta, el escritor, docente y crítico marplatense Osvaldo Picardo leyó tres poemas como si de una memoria se tratara. El profesor, poeta y traductor literario Fabián O Iriarte dejó boquiabierto al público con un texto y una interpretación desopilantes acerca de la infancia y los escondites –y cuáles son estos últimos– en la anteúltima pausa. Cerró el recorrido Tamara Tenembaum con un relato de su libro Todas nuestras maldiciones se cumplieron, sobre la infancia, los piojos, la desnudez, su madre y las maldiciones.FILBA 2022 Mar del Plata A continuación, cuatro escritores, dos marplatenses y dos porteños, hicieron sus lecturas de bitácora del FILBA, a partir de dos experiencias vividas durante el Festival: la visita a los hoteles del complejo turístico de Chapadmalal y la destilería Kalmar. Gloria Peirano puso en diálogo el recorrido por la destilería con el universo de su novela La ruta de los hospitales, de donde surgió un texto poético, con textura y profundidad, a partir de una relación madre-hija, el verbo destilar, un viaje, la ruta y los lugares en disputa. Fernanda Mugica, quien experimentó la misma visita, rescató los datos duros y concretos y los convirtió en un texto colmado de pinceladas que decían mucho más de lo que las palabras dicen a simple vista. Con citas, menciones a Pablo Katchadjian y los hermanos Grimm, fusionó un texto en algo anfibio, híbrido, el que se deseaba que no terminara. Mercedes Halfon, con su experiencia al visitar el Complejo Turístico de Chapadmalal, hilvanó recuerdos de otras visitas a otros complejos –como Embalse y Lago Moreno– con el presente del museo que rescata del olvido a los “hoteles de Perón”. Con una prosa que se agradece y haciendo una historiografía perfecta, logró un texto sublime. Cerró las lecturas Sebastián Chilano, escritor, médico y fundador de la librería El gran pez. Con un texto comprometido y sensible a la vez, confesó haber hecho la visita con anterioridad para hacer el “reconocimiento del terreno”, y escribió y leyó un texto conmovedor en el que rescata, entre otras cosas, a la fundadora del “museo”, quien recuperó su legado.FILBA 2022 Mar del Plata Para terminar, el escritor Guillermo Martínez cerró el festival –de manera oficial– con la clase magistral Algunas tesis (y antítesis) sobre la escritura de ficción en la que desarrolló once postulados (y sus contraargumentos) acerca de cómo trabajar los textos, que van desde los estilos y registros hasta cómo construir los personajes, los inicios y los finales, entre una variedad de temas, presentados en profundidad. A sala llena y con la posibilidad del micrófono abierto, no escatimó información ni ejemplos para todos aquellos que quieran iniciarse en las artes literarias. Así Villa Victoria y el FILBA se despidieron, aunque brindaron la posibilidad al público de encontrarse más tarde en el Espacio Chauvin, para escuchar poesía. Para quienes no fueran, el Festival, ahora sí, dijo hasta pronto. SEGUIR LEYENDO Con talleres, catas de libros y paneles, se largó el Filba Nacional desde Mar del Plata En FILBA Mar del Plata, la Villa Victoria mantiene su singular encanto poético
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